Cine: «Man of Steel, el caos mental de Zack Snyder»

Publicado: 07/14/2013 de jandrostark en BASURA!!, Cine, Cine Internacional, Películas
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Hace ya unos años, el cine se convirtió en algo donde los «remakes» y demás «reinicios» no paran de surgir, algunos con mejor resultado que otros. Una de estas películas actualizadas fue una obra de culto del género de zombies, «Dawn of the Dead«, del gran George Romero. Os preguntaréis por que os hablo de zombies en «El Hombre de Acero», y es simple, por que el director de ese «remake» era Zack Snyder, el hombre que ha perpetrado este caos de superheroes que pasaré a destripar a continuación, así que queda avisado amigable lector, de que se hablará con libertad y sin tapujos, con «spoilers» por todas partes.

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Superman ya es un habitual en estas líneas, pudiendo leer un resumen de su trayectoria animada y en película, que si bien no está actualizada (mea culpa) llega desde sus inicios hasta no hace mucho tiempo:

https://thanmoreseries.wordpress.com/2009/07/15/cine-superman-y-sus-caras/

Encendamos motores, el cine está en penumbras y por fin, después de rumores, confirmaciones, dudas y demás, «Man Of Steel», la última película de la franquicia del último descendiente de Krypton comienza.

Años han pasado desde esa fanfarria de John Williams, con unos acordes que a todos nos suenan y a muchos nos traen gratos recuerdos, ahora la música es más seria, menos épica, como muestra de que los tiempos han cambiado, la trilogía de Batman de Christopher Nolan ha cambiado eso (por suerte no en «Los Vengadores»), el gran Hans Zimmer (otro nombre que nos trae reminiscencias del Batman de Nolan) nos trae unas notas melancólicas en un crescendo que llega una explosión realmente interesante.

supermankandorLa música, nos transporta a Krypton, pero no al Krypton que estamos más acostumbrados a ver, lejos de ese mundo helado de las primeras películas, o uno más tecnológico como podemos ver en la imagen, introducida por Brainiac en una botella y que podemos ver en una película de animación recientemente estrenada, también fruto de esta ola de reinicios y revistaciones que nos asolan en todos los frentes.

El Krypton que nos encontramos en un mundo rocoso, mucho más orgánico y aunque tecnológicamente hablando es muy superior a la Tierra en todos los aspectos, nos sorprende ver que montan reptiles voladores al igual que naves espaciales. Me recuerda más al Vulcano del también reinicio de «Star Trek» de J.J. Abrams, que a la idea del planeta moribundo de los El.

Ni pista de superordenadores, ni de grandes ciudades, si no más bien un estado semifeudal con latifundios y ciudadelas en riscos, pero eso aún no es molesto, es algo personal, puede gustar o no, pero tampoco es algo que me importe, Krypton se muere y es árido por su gravedad y su sol, vale, no tiene problema, pero pronto comienzan los sinsentidos.

Las familias de Krypton están genéticamente preservadas, nada nace con libertad de elección y las líneas preservan sus roles seculares, por un lado, esta Dru Zod, líder guerrero y héroe de Krypton, por otro lado Jor El, científico de grandísimo renombre, ambos saben que el mundo está llegando a su fin y que un nuevo comienzo se hace imperativo, pero cada uno lo defiende a su modo. Hasta aquí de nuevo muy bien, un mundo eugenético, donde los roles están predefinidos y las familias tienen un lugar y un status milenario, pero entonces… ¿como es que Jor El es un guerrero tan tremendo que posee armadura y vence en combate a Zod?

Las cosas como son, es un detalle nimio, no tiene importancia dado que Zod en un ataque de rabia al ver que el único hijo nacido libre y sin control del planeta se lleva la información genética de todo Krypton (se ve que ellos no tienen células ni cadenas de ADN para crear una nueva), mata a Jor El, y en un viaje de un pocos minutos es juzgado con sus secuaces y mandado a la amigable Zona Fantasma, pero aquí también tiene su punto personal, son enviados en un nave, a través de un portal de dimensiones gargantuescas, y salvados así de perecer con su planeta momentos después (no hay sensación de temporalidad desde que muere Jor El, es juzgado Zod y explota Krypton y eso que aún no se ha comenzado el periplo de flashbacks y circunvalaciones sin sentido.

Punto a favor de lo que acabo de decir es que Russell Crow, el actor que se encarga de encargar a Jor El, es la viva imagen de su carismático «Gladiator» aunque no le pegue al arquetipo social y genoformo que tiene, es algo que «posturea», así mismo la iconografía de Krypton es algo que visualmente es muy impactante, aunque parezca algo así:

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El niño Kal El es enviado a la tierra, donde como siempre los Kent, una familia de Kansas los acoje en su seno de amor y de … espera… no. Henry Cavill  un crecidito y en forma Clark vaga por el mundo teniendo recuerdos de su infancia en Smallville, a cada cual más perturbador, en vez del niño feliz aún con sus problemas con unos padres comprensivos e increíblemente tranquilos es un chaval presionado para ser algo increíble y lleno de relevancia en el futuro, pero amonestado cada vez que evita que alguien muera irremisiblemente.

Esto llega al punto del esperpento, no se si por poner un contrapunto con la historia del famoso tío Ben de Spiderman. Kevin Costner, famoso por «Bailando con Lobos» y repudiado por «Waterworld» o «The Postman», hace de Jonathan Kent, que observa como su hijo es blanco de burlas, vilipendiado, golpeado (eso es gracioso) y él lo amonesta. Cuando en un momento aparece un tornado de la nada, Jonathan decide ser el héroe, obligando a su hijo a refugiarse, y muriendo de una forma ridícula por salvar al perro de la familia.

Analicemos esto un momento, padre que protege a su hijo de su destino, pero lo presiona diciéndole constantemente (y durante toda la película, en los Flashbacks que no hacen más que despistarte y perderte en la trama) que tiene que asumir su responsabilidad y que hará cosas increíbles… Clark ya es un chaval crecido, de hecho en la escena el propio Cavill es ya Clark, se mueve a velocidades dificilmente observables, puede salvar a su padre de mil maneras y sin ser detectado, pero no, es mejor que un hombre asuma su muerte para proteger un secreto que todo el mundo parece conocer en su pueblo… muy inteligente.

A partir de aquí todo se precipita, y las incoherencias y las tramas se lían constantemente.

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Como decía al principio este Superman es más maduro y melancólico, no hay felicidad adolescente en su vida, es el culpable «parcial» de la muerte de su padre ( no por el infarto habitual), y vaga por el mundo en busca de su lugar, sin saber más que viene de «muy al norte». Así pues va por el mundo «desfaciendo» entuertos y salvando vidas, pero sin que se sepa quien es o se le vea la cara mucho … bueno, sin volver después a los sitios de donde salió al menos.

De pescador, y teniendo que intervenir en una explosión de una plataforma petrolífera, a camarero, y aquí volvemos a fastidiarla con el guión. El bueno de Clark debe sentir algo por una compañera del bar, dicha compañera es acosada momentáneamente por un camionero, nada grave, una palmada en el culo de la que ella misma sale salir (si no nena, deja ese trabajo, por que no siempre habrá un «machote» como Clark), nuestro héroe se enfrenta a él y logra parar sus ganas de abrirle el cráneo (¿COMO? ¿Superman agresivo, sin ayuda de nada de colores? Bueeeeenoo… vale) pero se venga reventándole su modus vivendi, sin que nadie lo escuche durante una orgía de destrucción con árboles de 10 metros de por medio.

El siguiente disparate es pocos segundos después, Lois Lane, aparece en escena (personaje poco salvable en general y que aparece más bien poco en lo particular, lo que se agradece). Es enviada a Alaska a cubrir como única reportera lo que podría ser un descubrimiento increíble, una máquina de enormes proporciones enterrada en el hielo a una altura y densidad que anuncian varios miles de años (como en «La Cosa» pero sin mi adorado Kurt Vogel Russell). Hasta aquí es poco viable que el ejercito permitiera tal cosa, peeeero es que Clark trabaja ahí como mozo de una empresa de transportes, sin que analizaran sus datos ni confirmaran su identidad.

A mayores, en una zona donde un secreto de tal magnitud puede ser revelado, tanto Clark (que este da igual, tiene poderes, podría escabullirse sin ser visto, pero no, va caminando tranquilamente) como la periodista son libres de caminar por donde les da la gana (véase que los militares en esta película son bonachones y tontos, a sí y alivios cómicos ridículos), y ambos entran en la nave Kryptoniana (esto … ¿Y mi Fortaleza de la Soledad?) donde Clark descubre su pasado, a su auténtico Padre, y le regalan un traje fashion que nada tiene que ver con las espectaculares armaduras que usaban en su planeta.

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Veamos, tenemos a un super héroe borderline, agresivo, con miedo a usar sus poderes en público para deshonrar la memoria de su padre adoptivo que de pronto entiende todo, justo antes de tener que enfrentarse a lo que queda de su planeta, llamados por la baliza de la nave de Alaska.

Aquí viene otro punto a considerar, la Zona Fantasma, la prisión de Krypton, es una zona donde los prisioneros no envejecen, no mueren, no enferman, son vagamente conscientes de lo que tienen alrededor y poco más, en otras versiones es similar pero como una zona postapocalíptica con facciones (véase «Smallville»), aquí no queda muy claro que es, pero si queda claro que nada más estallar Krypton una nave prisión donde solo estaban Zod y sus lacayos sale despedida de la misma y con el equipo que debe tener dicha nave prisión no tripulada llena de prisioneros recogen todo lo que pueden, y así de antigua localización de sus colonias hasta que llegan a la Tierra.

Es decir, una cultura superior crea cárceles donde la gente entra con equipos, armaduras, trajes espaciales… para estar en una zona donde no se come, no se bebe y de hecho no se puede morir de ninguna manera (en algunas versiones sí, en su mayoría no, incluso la casa de El tiene algún miembro que se metió voluntariamente para no morir de una enfermedad y posteriormente es salvado) y posteriormente pueden ir por ahí a seguir «looteando» material.

Llegan a la tierra, y obviamente son detectados inmediatamente, más que nada por que mandan un mensaje global en todas las lenguas y frecuencias de que o se entrega su compatriota o lo buscarán a la fuerza.

Aquí empiezo a desesperarme en el cine, Superman, al contrario que otros personajes de DC o de Marvel, es un ser amado por todos (salvo historias concretas), un buen chico que siempre hace lo mejor, que se sacrifica por el bien común (alejando de la imagen Randyana por completo), un «Boy Scout» en toda regla. Esto puede ser así por que todo el mundo conoce su obra, en todos los países actúa aunque su amor por Metropolis sea claro y pase allí mucho tiempo, aquí un total desconocido es reclamado por una nave alienigena llena de totales desconocidos que lanzan una proclama a nivel mundial demostrando su poder tecnológico. Y NADA PASA ENTRE LA GENTE, siguen su vida sin pánico.

Obviamente Clark se entrega, y lo entrevista Lois, que ya sabe quien es pero se ha callado por que es buena y amable, más cuando se hace el intercambio, Zod, decide que este será nuevo Krypton y comienzan las tollinas más aburridas, sosas, caóticas y carentes de sentido que he visto en algún tiempo.

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Amigos, para entenderme a partir de este punto hay que explicar un poco de fisiología básica. Superman tiene poderes por que nuestro sol lo irradia, así mismo su densidad ósea y muscular en nuestra atmósfera más amigable, le dota de habilidades. Zod y su gente, al estar con sus trajes y sus atmóferas NO tienen esos poderes, por lo cual, solo cuando les rompe la máscara tendrían super fuerza, cosa que obviamente no es así.

La imagen de arriba es para ilustrar, ese señor con púas es Doomsday, un archienemigo de Superman, en cierto momento, nuestro héroe está recibiendo una soberana paliza de este sujeto, para posteriormente pactar un combate en otro planeta (de similares características), y cambiarse las tornas en segundos, ¿el motivo? Sencillo, Superman es tan rápido que puede crear tornados o desplazar el eje de la tierra de un golpe, así que está sometido a limitaciones por el bien común, pero un planeta desierto, no es un sitio donde le de pena pelear al 100%. Otro factor importante, aunque no es tan rápido como Flash, se le aproxima a según que versión del mismo, la pega es que Flash absorbe la cinética, nuestro héroe no, proyectando una fuerza en arrancada y frenada increíblemente poderosa.

En la película, después de varias escenas donde Lois Lane debería ser puré de reportera, hay un aviso de despegue por parte de Cavill… a buenas horas, has arrancado con ella al lado, has recogido su cuerpo cuando ibas a mucha aceleración… y ahora te preocupas por la física…

Los siguientes 30 o 40 minutos son combates donde la destrucción de todos y de todo es algo que a Clark no le importa lo más mínimo, caóticas escenas, peleas sin sentido, errores a la hora de tener poderes, poderes que no importan, agujeros negros en el medio de Metropolis que solo aspiran lo que quiere el director…

Creo, sin ánimo de ofender, que como película alejada de los cómics, es mala, irregular, con un ritmo variable y que pierde el interés, pero como película salida de todo el pasado del personaje es un insulto mayúsculo.

De hecho, ni siquiera tengo ganas de hacer chistes, ni comparativas, para mi fue algo desagradable de ver.

comentarios
  1. alejandro dice:

    NO SABES DE CINE

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